martes, 15 de enero de 2002

Pájaro carpintero.

El pasado domingo fui a La Gabina. Tenía que acabar de repintar un tablero color caoba.

Nada más entrar escuché unos ruidos en la parte de arriba y fui a ver. Normalmente los pájaros se cuelan por la chimenea del fuego bajo y luego no pueden salir. Abrí la ventana para que al salir el pájaro viera directamente la luz y saliera. Luego levanté la tapa del hogar. Pero allí no había pájaro alguno. Dejé todo como estaba y me fui a lo mio.

Más tarde, casi a la hora de irme, volví a escuchar unos golpecitos distanciados, toc, toc. Antes de subir salí al jardín y allí me apercibí de lo que pasaba. Se veía un agujero desmañado en la contraventana y ya sospeché que se trataba de un pájaro carpintero. Así que subí de nuevo arriba y con cuidado abrí de forma que el pájaro pudiera salir libre. El poco tiempo que me dio de observarlo vi que era de un bello color verde.

En el intento de salir de su improvisada prisión había deshecho una buena parte del marco de la ventana.